El equilibrio en el puzle de Djokovic

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Novak Djokovic mira al resto de tenistas como desde uno de los rascacielos de Nueva York. El lunes superó a un Rafa Nadal al que solo un año antes veía muy superior. Desde aquella derrota, tras la decisiva contribución de Nole a la victoria de Serbia en la Copa Davis, comenzó su metamorfosis. Pasó de ser un gran jugador a un gran campeón. Una racha impresionante de victorias, tres grand slam más, hasta seis finales ganadas al español? La situación hoy es, sin duda, completamente distinta a la del pasado año. ¿La causa de un cambio tan espectacular? Pues que encontró la pieza que le faltaba para encajar el puzle que posibilitase el poder desarrollar todo su talento.

LA TÉCNICA

Marian Vajda le aporta confianza en el juego.

Marian Vajda, el más conocido de los colaboradores de Novak Djokovic, cuenta ya con 46 años. Jugador de élite, fue el número 34 del mundo, y ganó los títulos en Praga 1987 frente al checo Tomas Smid, y en Ginebra 1988 frente al sueco Kent Carlsson. Disputó los Juegos de Barcelona 92 bajo la bandera de Checoslovaquia y posteriormente fue capitán de la Eslovaquia independiente tanto en la Davis como en la Copa Federación. Desde el 2006 trabaja con Djokovic, salvo un paréntesis en el que el jugador buscó a Todd Martin, quien le creó dudas con el servicio. Regresó Vajda, y lo puso fino. «Es mi comandante», suele repetir Nole sobre una figura que le da confianza.

LA FISIOTERAPIA

Amanovic, el recuperador y fiel acompañante.

En su equipo de trabajo, Djokovic tenía bien cubierto el aspecto de la recuperación con Miljan Amanovic, un serbio nacido en Croacia que perdió a casi toda su familia en la guerra de los Balcanes. Le dejó tocado el conflicto, y juega el papel de acompañante fiel, con el que Nole conecta como el fisioterapeuta Rafa Maymó con Nadal.

la preparación física

Gebhard Phil-Gritsch, el hombre tras el milagro de Muster.

Vajda y Amanovic trabajan con Nole desde hace tiempo, pero los problemas físicos, alergias, lesiones recurrentes e inestabilidad mental en momentos del juego seguían lastrando su enorme potencial. La incorporación del preparador físico austríaco Gebhard Phil-Gritsch en el 2009 fue el primer paso importante. El hombre que había esculpido el cuerpo de Thomas Muster, el que le hacía entrenar en una silla-camilla golpeando bolas para recuperarse más rápido tras un grave atropello. El mismo que le decía que si Niki Lauda había pilotado dos meses después de su terrible accidente en Nürburgring, por qué no iba a poder él recuperarse en seguida de un accidente menor. La aportación de uno de los más prestigiosos gurús de la preparación física fue importantísima para mejorar la resistencia y la dureza del jugador de Belgrado. El tipo duro y espartano lo convirtió en una máquina.

el médico

Cetojevic, y la parte psicológica como última clave.

Faltaba la pieza definitiva del equipo, y fue la del médico bosnio con residencia en Chipre, Igor Cetojevic, estudioso de la medicina tradicional china, que ve la salud como un puzle compuesto de muchas piezas interconectadas: la comida, el medio ambiente, los hábitos, la predisposición genética, las relaciones, las emociones… Todo está interactuando e influenciándose. La presencia del dottore, como Nole llama al bosnio, hizo milagros: le puso una dieta sin gluten. Trabajaron la parte psíquica para mejorar las actitudes en la pista, ordenaron su vida y buscaron el equilibrio necesario para rendir al máximo. Los resultados obtenidos fueron espectaculares después de que propiciase ese clic en su vida. Con fama de sensible, al contrario que Phil-Gritsch, sabe escuchar a Djokovic y le devuelve la alegría de jugar al tenis, de disfrutar compitiendo. Propone detalles después de reflexionar sobre lo que le dice su pupilo. Realizado su trabajo, con el tiempo Cetojevic ha desaparecido prácticamente de su lado, pues no necesita acompañarlo todas las semanas.

La familia

Jelena Ristic, su pareja, le brinda estabilidad sentimental.

Resulta fundamental en el equipo de cualquier tenista la parte familiar y sentimental. Los padres de Djokovic -Srdjan y Dijana- han desaparecido del primer plano, por si pudieran transmitirle presión, y su lugar preeminente ahora lo ocupa su novia Jelena Ristic, prácticamente fija en su banquillo.

ANÁLISIS POR FERNANDO REY TAPIAS


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