En la capital de Serbia, la hermosa ciudad de Belgrado, se alza una de las catedral cristianas ortodoxas mas grandes del mundo: la Catedral de San Sava, una iglesia dedicada al fundador de la Iglesia Ortodoxa Serbia y una de las figuras medievales mas importantes de este país. San Sava era el hijo más joven de un gobernante serbio y después de convertirse en monje fue arzobispo, diplomático, escritor y fundador de muchos monasterios. Tal fue su obra para la cristiandad serbia que fue canonizado por la Iglesia Ortodoxa.
La catedral (por tamaño e importancia ya que en sí no es una catedral), que lleva su nombre fue construida sobre la meseta Vracar y desde aquí arriba domina todo el paisaje de la ciudad siendo uno de los sitios mas reconocibles de Belgrado. No se trata de una iglesia antigua sino moderna ya que su construcción data del siglo XX. La idea de construir una iglesia comenzó a gestarse fines del siglo XIX pero cuando ya se tenía aprobado el proyecto estalló la Primera Guerra de los Balcanes en 1912 y posteriormente la Segunda Guerra de los Balcanes y la Primera Guerra Mundial.
Bueno, ya sabemos que este país no ha tenido una vida pacífica. Finalmente cuarenta años después de la primera iniciativa comenzó a construirse la iglesia en mayo de 1935 en la meseta donde el Imperio otomano quemó los restos del santo en 1595. Pero la Segunda Guerra Mundial interrumpió los trabajos y el ejército alemán primero y más tarde los partisanos utilizaron la zona de construcción para estacionar y después distintas empresas la utilizaron como almacén.
Pasaron décadas y recién en 1985 la iglesia empezó a construirse de nuevo gracias a donaciones siguiéndose el proyecto original pero con nuevos y mejores materiales y técnicas de construcción: tiene forma de cruz griega con un domo de 70 metros de alto con una cruz de oro de 12 metros de alto que sobresale entre otras 18 cruces más pequeñas y también de oro que adornan el domo. La torre del campanario tiene 49 campanas, su fachada es de mármol y granito y por supuesto, dentro hay hermosos mosaicos. Eso sí, los trabajos dentro de la Catedral de San Sava continúan al día de hoy, pero es un edificio que podemos y debemos visitar en Belgrado.