“Por lo que respecta a la integración europea, debido a la crisis en la propia Unión, Serbia se encuentra en la misma situación que en diciembre de 2011, o aún más delicada. Las posibilidades de que obtenga el estatus de candidato son iguales o menores que a fines del año pasado”, destacó para Radio Serbia Internacional el dr. Aleksandar Gajic del Instituto de Estudios Europeos de Belgrado.
La Unión europea se encuentra ya dos años en una seria crisis, la cual continuará. La crisis en la eurozona y las desavenencias en cuanto a la forma de superarla entre los principales actores de la Unión, necesariamente afectará el ritmo de la ampliación, y por ende, el proceso de acercamiento de Serbia a la familia de los pueblos europeos modernos, explica Gajic. La inexistencia de una política fiscal común y de control conjunto, así como el gran déficit presupuestario en algunos países de la Unión Europea, han influido negativamente en el funcionamiento de la eurozona y en la caída del rating crediticio. Al mismo tiempo, se han creado divisiones dentro de la propia Unión. En la cumbre de la Unión Europea, el 9 de diciembre, Alemania se opuso a los intentos de que se introduzcan los obligatorios europagarés, e insistió en que se establezca una disciplina fiscal más rigurosa en los países endeudados. “En esa ocasión, se acordó verbalmente con el principal socio, Francia, y también con otros países, implantar la disciplina fiscal, lo cual sería el principal requisito para obtener ayuda. A ello se opuso Gran Bretaña, la cual salió del pacto que había hasta ahora, de modo que se produjo cierta ruptura entre los miembros de la Unión Europea”, explica Gajic. Tal situación podría resolverse de dos maneras: que los países miembros de la Unión Europea decidan en los Parlamentos nacionales, o en referendos, sobre la transferencia de parte de la soberanía económica a la Unión. Pero, se plantea la cuestión de si ello puede hacerse en un corto espacio de tiempo, dado el hecho de que el 1 de marzo los países de la Unión Europea tienen que aprobar a Grecia un tramo adicional de 130.000 millones de euros, a fin de pagar las reclamaciones de los acreedores. “La situación es riesgosa, por lo cual en la Unión se acordó días recientes una nueva cumbre para el 30 de enero. Ello sería un nuevo intento de posibilitar el consenso, necesario para tomar decisiones en la Unión Europea, y eso de tal manera que a Gran Bretaña se excluya en un principio de todo ese proceso, a fin de que no bloquee un acuerdo entre los demás 26 Estados miembros de la Unión Europea”, dice Gajic.
Ello es indispensable dado que el 31 de marzo tienen que rellenarse ciertos fondos para posibilitar la asistencia a ciertos Estados deudores, y esos fondos no son fáciles de llenar, puesto que se trata de una suma de 200 millones de euros. Se esperaba que Gran Bretaña desembolsara para esos fondos 50 millones de euros, misma suma que se había previsto que proporcionen los países de Europa del Este que aún no son miembros de la Unión Europea. Todo ello ha dividido a la Unión Europea en dos polos: en una lado están Francia y Alemania, y en el otro Gran Bretaña. En ese punto la crisis europea se refracta y trasvasa a Serbia, la cual en la cumbre de la Unión Europea del 9 de diciembre no obtuvo el esperado estatus de candidato, sino que ello se pospuso en tres meses. “Serbia se encuentra en la misma situación, o aún más delicada, que en diciembre de 2011. Las posibilidades son menores que en 2011. Por ello creo que se va a repetir lo ocurrido a fines del año pasado y que no se va a tomar una decisión positiva, pero tampoco negativa, sino que todo se va a posponer por un determinado tiempo”, concluyó el dr. Aleksandar Gajic del Instituto de Estudios Europeos de Belgrado.
(glassrbije)