Zlatibor es uno de los sitios turísticos más conocidos en Serbia. Esta región es conocida por el turismo de salud, y, en últimos tiempos por las bellísimas pistas de esquí. La región de Zlatibor es interesante también por el cultivo de la tradición.
La aldea étnica Sirogojno es un centro creativo destinado a las tejedoras de Zlatibor. Hace varias décadas una ingeniosa diseñadora de esa región, Dobrila Smiljanić, aprovechó la centenaria tradición tejedora en Sirogojno y reunió a las mujeres de esa aldea en una cooperativa, donde se tejen a mano prendas de vestir que ella misma diseñó. Comenzó por jerséis y cuando por este producto empezaron a interesarse fuera de las fronteras del país, Dobrila Smiljanić comenzó a diseñar otras prendas de vestir de lana, mientras que las hábiles manos de las tejedoras convertían esas ideas en modelos únicos. De esa manera el mundo conoció muy pronto una bella tradición de la aldea Sirogojno, lo que ha incitado a otros artistas y a los trabajadores culturales a prestar más atención a este sitio.
Las viviendas tradicionales de la región de Zlatibor están representadas en el parque étnico STARO SELO (Aldea Vieja). La típica casa de madera de Zlatibor, la cabaña, es la forma más perfecta de vivienda de los serbios de las montañas de la región de Dinara. Las hacían los constructores autodidactas, guiados por su propio sentido de la armonía y belleza. En esta región de Serbia varias generaciones y familias vivían durante siglos bajo el mismo techo, en las denominadas cooperativas, respetando las reglas de comportamiento estrictamente definidas. Ese modo de vivir dictaba la distribución de las habitaciones en las casas que se construían en las soleadas laderas protegidas del viento. En la parte más elevada del terreno se encontraba la casa principal con dormitorios y otras obras auxiliares destinadas a la preparación y conservación de los alimentos. En la parte inferior se construían los corrales para el ganado y había terrenos donde se cultivaban frutas y legumbres.
La vida familiar en la casa se desarrollaba junto al fogón, única fuente de calor en la vivienda. Por eso en esta habitación dormían los miembros más viejos de la familia y los niños más pequeños. De noche se reunía la familia junto a la hoguera. En invierno, los hombres tocaban instrumentos tradicionales “gusle” y “frula”, mientras que las mujeres tejían.
El parque étnico Sirogojno lo constituyen varias casas auténticas con todos los artículos domésticos del siglo pasado, mientras que en los talleres se elaboran valiosos recuerdos de madera y arcilla.
(Voice of serbia)
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